1.- COMENZAMOS CON ESTAS PALABRAS DEL GENERAL MACARTHUR SOBRE LA JUVENTUD.
“La juventud no es un período de la vida.
Es un estado de espíritu, es el producto de la voluntad….
No se envejece por haber vivido muchos años,
se envejece por haber desertado de un ideal.
Los años arrugan la piel, pero renunciar a un ideal arruga el alma.
Las preocupaciones, las dudas, los temores y la falta de esperanza,
son los enemigos que lentamente nos hacen inclinarnos hacia la tierra
y convertirnos en polvo antes de la muerte.
Joven es aquel que se asombra y se maravilla…
El que desafía los acontecimientos y encuentra alegría en el juego de la vida.
Uno es tan joven como su fe y tan viejo como su duda.
Tan joven como su confianza en sí mismo, como su esperanza
y tan viejo como su abatimiento.
Se continúa siendo joven mientras se es receptivo a algo que es bello y grande.
Receptivo a los mensajes de la naturaleza, del hombre y del infinito.
Si alguna vez tu corazón es mordido por el pesimismo, o carcomido por el cinismo, quiera Dios tener piedad de tu alma de viejo”.
2.- EL EVANGELIO DE HOY NOS PRESENTA EL ENCUENTRO DE JESÚS CON EL JOVEN RICO.
2.1.- El joven:
• Era joven de edad, pero con ideales demasiado cortos.
• Tenía inquietudes en el corazón.
• Pero era demasiado rico y muy cobarde.
2.2.- Cristo:
• Es el maestro que enseña y exige.
• Mira al joven con cariño.
• Y le invita a seguirlo con radicalidad: "Déjalo todo y sígueme".
2.3.- ¿Qué pasó después?
No lo sabemos. Sabemos que se fue triste. Pero quiero pensar que quizá el joven tuvo una segunda oportunidad para seguir a Jesús.
3.- ALGUNAS REFLEXIONES.
3.1.- Sobre los jóvenes:
• Muchos son como este joven. Son capaces de vivir un entusiasmo pasajero. Pero les cuesta seguir al Maestro de verdad.
• Tienes valores y contravalores. Pero tienen la vida por delante. Son la esperanza de la Iglesia y del mundo.
• Debemos mirarlos con con cariño, como Jesús. Pero también exigirles y presentarles los grandes ideales del Evangelio. El amor exigente es la mejor pedagogía.
3.2.- Sobre las riquezas de este mundo.
• Jesús se declaró amigo de los pobres, de los excluidos, de los que más sufrían.
• Las riqueza pueden ser un impedimento para entrar en el Reino: ¡Qué difícil es para los ricos entrar en el Reino de los Cielos”
• El gran peligro es que nos atrapen el corazón y nos impidan ser libres.
• Debemos valorarlas en su justa medida, sabiendo que hay cosas que valen más que el dinero: la vida, la fe, la amistad, la familia….
• La austeridad y la solidaridad son grandes criterios: nuestras riquezas debemos ponerlas al servicio de los demás.
3.3.- Sobre la sabiduría de la vida.
Existe una sabiduría necesaria para vivir. Esta sabiduría brota de la fe en Dios, de la bondad del corazón y de la experiencia que dan los años. Es un regalo de Dios.
• El libro de la sabiduría nos habla del valor de la sabiduría:
“La preferí a cetros y tronos y a su lado en nada tuve la riqueza. No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro ante ella es un poco de arena y junto a ella la plata es como el barro. La quise más que a la salud y la belleza… con ella me vinieron todos los bienes juntos, tiene en sus manos riquezas incontables”.
• Con el salmo le pedimos a Dios:
“Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato...
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo”.
3.4.- Sobre la Palabra de Dios
“La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón” (Carta Hebreos)
Valoremos mucho la Palabra de Dios. Es como una brújula que nos orienta. Es la gran carta de amor que Dios nos ha dirigido. A través de ella Cristo se acerca a nosotros y moldea nuestro corazón. ¿Leemos con frecuencia la Palabra de Dios? ¿Intentamos buscar en ella luz para nuestra vida?
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