sábado, 26 de mayo de 2018

8º DOMINGO DEL T. O SANTÍSIMA TRINIDAD

La imagen puede contener: una o varias personas y texto1.- UNA PERIODISTA ITALIANA, MILLY GUALTERONI HA ESCRITO UN LIBRO TITULADO “ARRANCADA DEL ABISMO”
En él narra su historia vital, su lucha contra la depresión que le llevó a dos intentos de suicidio.
Ella afirma: “Cuando tenía vente años y me consideraba una agnóstica, pensaba que la única forma de afrontar mis abismos era la medicina psiquiátrica... Luego he ido descubriendo que somos mucho más que un cerebro que tratar con los psicofármacos cuando se bloquea. Somos cuerpo, un cerebro y una mente, pero somos sobre todo un alma espiritual, un alma en buena medida apagada, encogida y aplastada por el frenesí y las lógicas de la vida moderna.
Un alma que vuelve a respirar cuando enciende de nuevo la relación con Aquel que nos ha creado y encuentra así la relación con la vida auténtica, la que Jesús nos ha señalado con su enseñanza y con su ejemplo. Y sobre este hecho, que existe un Dios que es Trinidad que nos ama y está dispuesto a cogernos de la mano para arrancarnos del abismo, sin más condición que nosotros se la tendamos... sobre este hecho yo ya no puedo abrigar dudas.
Su finalidad es hablar a tantos que sufren -pero no solo a ellos- para decirles, con humildad pero con convicción, que una vida alegre es posible incluso en la tribulación, y que, después de toda pasión, puede existir para todos una resurrección, ya en esta vida.

2.- PALABRA DE DIOS DEL DOMINGO

2.1.- La 1ª Lectura (Deuteronomio), nos invita a reconocer a Dios y dejar a Dios ser Dios:
“Reconoce hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo y acá abajo en la tierra: no hay otro”

2.2.- La 2ª Lectura (Carta a los romanos) nos presenta la belleza de la relación con el Dios del amor.
“Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos que nos hace gritar “¡Abba!” (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con Él, para ser con Él glorificados”.

2.3.- Jesús en el Evangelio de Mateo nos revela plenamente el misterio de la Trinidad: “Id y haced discípulos de todos los pueblo, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

3.- CONCLUSIONES:
3.1.- Buscar a Dios porque el gran anhelo de los hombres es conocer a Dios.
San Agustín decía: “Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti”.

3.2.- Dejarse amar por Dios, que es amor. El Dios que Cristo nos ha revelado
Dios es amor. Dios es Trinidad: Dios es familia, Dios es comunión, Dios es relación.

La imagen puede contener: una persona, texto3.3.- Vivir la relación con Dios: a través de la oración. “Orar es tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Santa Teresa de Jesús)

3.4.- Ser testigos de Dios amor en el mundo: “La vida interior implica encuentro con Dios pero, al encontrar a Dios, reencontramos al mundo. Dejarnos que Dios nos meta en El, pero ese Dios en quien nos metemos, es un Dios que es Amor. Un Dios que ama personalmente a cada persona y un Dios que por amor ha creado en el mundo no solo a nosotros sino al conjunto de los hombres… Dios es, en suma, un Dios que no aparta del mundo sino que lleva a reconocer el auténtico sentido del mundo, en cuanto expresión del amor divino”.

3.5.- Hoy celebramos el “Día Por orantibus”. Oramos por todos los hermanos y hermanas que viven esta vocación. Les damos las gracias, porque su vida es un signo del amor de Dios a la humanidad.”.

4.- CONCLUIMOS CON ESTA PRECIOSA ORACIÓN DE SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD

Dios mío, Trinidad que adoro,
ayúdame a olvidarme
enteramente de mí mismo
para establecerme en ti,
inmóvil y apacible
como si mi alma estuviera
ya en la eternidad;
que nada pueda turbar mi paz,
ni hacerme salir de ti, mi inmutable,
sino que cada minuto me lleve más lejos
en la profundidad de tu Misterio.
Pacifica mi alma.
Haz de ella tu cielo,
tu morada amada y el lugar de tu reposo.
Que yo no te deje jamás solo en ella,
sino que yo esté allí enteramente,
totalmente despierta en mi fe,
en adoración, entregada sin reservas
a tu acción creadora.
Amén

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