sábado, 26 de agosto de 2017

21º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO




1.- EL CONOCIMIENTO DE CRISTO

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El gran psicólogo Viktor Frankl afirmaba: “Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no le ama”. Y San Agustín decía: “a Cristo es imposible conocerlo y no amarlo, amarlo y no seguirlo”.
Por eso nos viene bien saber qué nos dicen de Cristo personas que le han amado y conocido vitalmente. Aquí van algunos testimonios de grandes enamorados de Cristo:
• San Bernardo de Claraval: La experiencia y el conocimiento de Cristo es “luz, alimento, medicina, miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón”.
• Santa Teresa de Jesús: “Cristo es amigo y compañero que nunca falla”.
• Santa Catalina de Siena: Cristo es “Libro y modelo para toda nuestra vida”.
• Santa Teresa de Calcuta: Cristo es “el amor que debe ser amado: en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el anciano”….

Nosotros estamos llamados a conocer y a amar a Cristo.

2.- EL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO.

2.1.- Dos preguntas de Jesús.
• «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
• «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

2.2.- Dos respuestas.
• Una respuesta incompleta: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
• La respuesta de la fe, ofrecida por Pedro: “Tú eres el Mesías el Hijo del Dios vivo”

2.3.- Una misión para Pedro
“Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará”.

3.- CONCLUSIONES

3.1.- Hoy mucha gente sigue teniendo un conocimiento no completo de Cristo. Para muchos en un hombre más, o un gran filántropo o un revolucionario…
Pero Cristo es eso y mucho más: Es el Hijo de Dios hecho hombre.

3.2.- La respuesta a la pregunta sobre Cristo la tenemos que dar nosotros. ¿Quién es Cristo para ti?
Cuando respondemos desde la fe de Pedro, esa respuesta nos hace cristianos.

3.3.- Valoremos la misión del Papa, sucesor de Pedro.
• El ministerio papal es un doble servicio: a la fe y a la unidad.
• Estar con el papa es estar con Cristo y con la gran familia que es la Iglesia.
• Debemos orar, amar y aceptar a todos los papas. Cada uno en su tiempo es un regalo de Cristo a su Iglesia: S. Juan XXIII, Beato Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco…

3.4.- La Iglesia a lo largo de la historia y también ahora pasa por dificultades, pero no debemos olvidar que Cristo ha prometido: “Las puertas del Infierno no prevalecerán”
• Cristo ha querido salvarnos en Iglesia.
• No olvidemos que la Iglesia es santa. Aunque muchos de los que la componemos tenemos fallos y pecados.
• La Iglesia sufre embates que le vienen de sus enemigos de fuera y de los pecados y debilidades de los de dentro.

3.5.- Vivamos con asombro y confianza el misterio de Dios. Pablo en la carta a los romanos hoy nos dice:
“¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos”.

4.- CONCLUYO CON ALGUNAS PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA GENERAL DEL PASADO MIÉRCOLES

“Nuestro Dios es el Dios que crea novedad, porque es el Dios de las sorpresas…
Nosotros tenemos un Padre que sabe llorar, que llora con nosotros. Un Padre que nos espera para consolarnos, porque conoce nuestros sufrimientos y ha preparado para nosotros un futuro diferente… Nos ha creado porque nos quiere felices… Nosotros creemos y sabemos que la muerte y el odio no son las últimas palabras pronunciadas en la parábola de la existencia humana. Ser cristiano implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza… creemos que en el horizonte del hombre existe un sol que ilumina por siempre. Creemos que nuestros días más bellos deben todavía llegar. Somos gente más de primavera que de otoño…
Siempre existen problemas, existen las habladurías, existen las guerras, existen las enfermedades… existen los problemas. Pero el trigo crece, y al final el mal será eliminado.
El futuro no nos pertenece, pero sabemos que Jesucristo es la más grande gracia de la vida: es el abrazo de Dios que nos espera al final, pero que ya desde ahora nos acompaña y nos consuela en el camino. Él nos conduce a la gran “morada” de Dios entre los hombres (Cfr. Ap. 21,3), con tantos otros hermanos y hermanas, y llevaremos a Dios el recuerdo de los días vividos aquí abajo. Y será bello descubrir en ese instante que nada ha sido perdido, nada, ni siquiera una lágrima: nada ha sido perdido; ninguna sonrisa, ni ninguna lágrima...
Si, nuestro Padre es el Dios de la novedad y el Dios de las sorpresas. Y aquel día nosotros seremos verdaderamente felices, y ¿lloraremos?, sí, pero lloraremos de alegría”.

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